lunes, 9 de marzo de 2009



SISTEMA INMUNE


El Sistema inmune esta conformado por una serie de órganos, tejidos y células
esparcido de manera amplia por todo el cuerpo. Desde el punto de vista de sus
características estructurales podemos encontrar órganos macizos como el timo, el bazo
y los ganglios linfáticos y estructuras tubulares como los vasos linfáticos que se
encuentra intercomunicando algunos de los órganos mencionados anteriormente. Si se
toma en cuenta las funciones que realizan, entonces se pueden clasificar dichos
órganos en primarios y secundarios. En los primeros tienen lugar la generación de
las células que conforman al sistema inmune (linfopoyesis) y además existe un
microambiente idóneo de modo que los linfocitos adquieren su repertorio de receptores
específicos para cada tipo de antígeno. Mientras que los segundos se encargan de
hospedar las células capacitadas funcionalmente para interactuar con microorganismo
o antígeno, atrapados por estos órganos, en un entorno adecuado para que las mismas
interactúen con dichos agentes extraños al organismo y los eliminen.
Como ya habíamos dicho anteriormente, estos órganos están interconectados por
vasos sanguíneos y vasos linfáticos, de forma tal que se constituye un sistema unitario,
entrelazado y bien comunicado. Estos vasos transportan las células del sistema
inmune, de las cuales el actor principal es el linfocito.


LINFOCITOS


Los linfocitos T y B son células que adquieren inmunocompetencia, es decir, la capacidad de llevar a cabo respuestas inmunitarias ante los estímulos apropiados. Ambos tipos se desarrollan a partir de células madre pluripotenciales con origen en la médula ósea roja. La maduración de los linfocitos B en células inmunocompetentes se completa en la médula ósea, proceso que continúa de por vida, mientras que los linfocitos T se desarrollan a partir de células pre-T que emigran de la médula ósea al timo. Aunque la mayoría de las células T se forman antes de la pubertad, la maduración de algunas prosigue durante toda la vida.
Antes de que las células T salgan del timo y las células B de la médula ósea roja, adquieren diversas proteínas de superficie características. Algunas de estas sustancias funcionan como receptores de antígenos, que son moléculas capaces de reconocer antígenos específicos. Además, las células T salen del timo como células CD4+ o CD8+, lo cual significa que poseen en su membrana plasmática las proteínas CD4 o CD8, que desempeñan funciones muy distintas.



LINFOCITOS B Y LINFOCITOS T


- Las células B están involucradas en la respuesta inmune humoral
- Cada linaje de células B expresa en su superficie un anticuerpo diferente
- El
linfocito B identifica los patógenos cuando los anticuerpos de su superficie se unen a antígenos foráneos específicos

- Las células T lo están en la respuesta inmunitaria mediada por células.
- Las células T reconocen un objetivo no-propio, como un patógeno, sólo después de que los antígenos (pequeños fragmentos del patógeno)

- Las
células B y las células T son las clases principales de linfocitos y derivan de células madre hematopoyéticas pluripotenciales de la médula ósea
- Las células B y T contienen moléculas receptoras que reconocen objetivos o blancos específicos.

MEDULA OSEA


La médula ósea es un tipo de tejido que se encuentra en el interior de los huesos largos, vértebras, costillas, esternón, huesos del cráneo, cintura escapular y pelvis.
Muchas veces se confunde con la
médula espinal. Ambas tienen funciones totalmente distintas. La médula espinal se encuentra en la columna y transmite los impulsos nerviosos hacia todo el cuerpo.
Puede ser de 2 tipos:
La médula ósea roja, que ocupa el
tejido esponjoso de los huesos planos, como el esternón, las vértebras, la pelvis y las costillas; es la que tiene la función hematopoyética.
La médula ósea amarilla, que es tejido adiposo y se localiza en los canales medulares de los huesos largos.
La médula ósea es el lugar donde se produce la
sangre (hematopoyesis), porque contiene las células madre que originan los tres tipos de células sanguíneas que son los leucocitos, hematíes y plaquetas.
La médula ósea puede trasplantarse, ya que puede extraerse de un hueso de donante vivo, generalmente del esternón o de la cadera, mediante una punción y aspiración y transfundirse al
sistema circulatorio del receptor si existe compatibilidad del sistema HLA (compatibilidad de órganos entre donante y receptor). Las células madre transfundidas anidarán en la médula ósea de los huesos del receptor. Es lo que se llama trasplante de médula ósea.





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